El problema de WordPress.com como producto

Quien me conoce sabe que siempre he sido, y sigo siendo, un fanboy de la joya de la corona de Automattic. Desde que lo toqué por primera vez en 2006 para levantar este blog, siempre en su versión ‘.org’, o sea, la que instalas y gestionas tú en tu hosting.

Pero tras muchas migraciones y tantos años de ‘basura’ acumulada (ya sabes: plugins viejos, problemas de seguridad, hostings que te capan, etc.), decidí que es tontería tanto padecimiento cuando el hosting de WordPress.com es igual de económico que la mayoría de los de gama baja, y me quito para siempre el mantenimiento del CMS.

Así que estas últimas semanas he migrado de un hosting tradicional (cPanel, etc.) a WordPress.com y, aunque no me arrepiento, he podido descubrir el importante problema que tiene la compañía de Matt Mullenweg.

En una frase: mover un producto tan masivo, tan asentado y tan complejo (y con tantísimo legacy) hacia un SaaS con la típica estructura de verticales y pricings (y funcionalidades) modulares no podía salir del todo bien.

Esquema actual de planes en WordPress.com, al que se llega rebuscando, pues en primera opción esconden los planes más económicos. Algo que no cuadra con la cultura WP que todos tenemos en mente.

Y no, no sale.

No voy a hacer ahora un product critique desde mi madriguera, pero tras varios días y sus horas rediseñando un blog complejo para dejarlo en la sencillez que ves ahora, sí puedo decir que el journey del admin se ha visto comprometido. En mi opinión por la interferencia del nuevo esquema SaaS en un producto tan asentado y ya de por sí con tantas aristas.

Esto se manifiesta en cosas como:

  • ¿Dónde se gestionan las opciones del theme? Todo cambia según el que elijas. Yo estoy usando el cabeza de proa, el -en teoría- más mainstream: el Twentty-Four, diseñado por Automattic.
  • Las opciones y funcionalidades caen en sitios tan dispares para el journey del editor como la propia página y el editor de bloques, en el sidebar de opciones y en las propias opciones del bloque. Pero, además, también en el nuevo UI de edición del theme, donde se mezclan patrones, plantillas, páginas, navegación… Un ejemplo: la navegación la puedes editar desde el bloque o desde el theme, pero los resultados son dispares.
  • Otro ejemplo: he pasado 20 minutos hasta dar cómo cambiar el favicon. El favicon, señores. Que tengo 18 años de experiencia en WP.
  • La convivencia del producto clásico (sus entradas, sus páginas, sus medios)con el esquema SaaS y su agresividad comercial en el entorno de edición es realmente desconcertante.
  • Y así, decenas de casos que ojalá tuviera tiempo de listar.

Da toda la impresión de que en algún punto quisieron proteger el terreno tan bien conquistado antaño frente a Wix y similares primero, y las herramientas no-code, después (tipo Webflow) y se lanzaron a canibalizar su propia experiencia de usuario. Eso pese a que, en su landing de captación se comparan con los grandes del hosting, o sea, también contra su versión open-source (que sería la que tendrías que instalar en aquellos hostings).

Realmente yo sería un caso tipo de usuario seducido por esta última estrategia. Nunca iría a un Wix y, con más de 600 posts y 18 años que migrar, a un no-code. Pero luego, todo parece ir a competir con Wix y similares (ampliación de funcionalidades que son gratis en el open-source y de pago en el SaaS, por ejemplo).

Bench de WP.com donde se compara con los grandes proveedores de hosting

En definitiva, y como sabemos desde que lo dijo Marty Cagan, pocos peligros mayores hay para un producto que permitir que se instaure la estrategia de defensa del territorio por encima de la de dar gusto al usuario.

Creo que WordPress.com no satisface a quien busca un todo-en-uno simple como Wix. Pero tampoco a quien quiere la versatilidad e independencia del no-code. Y, desde luego, machaca a los que siempre vinimos a WP sin dudar para cualquier proyecto.

Sí, es WP, pero ya no es nuestro WP, ni, me temo el de los que recién ahora empiezan y eligen entre estos tres universos.

Urge una versión que rompa con todo esto y ordene mejor la relación del producto con la estrategia comercial, o que al menos la aclare, y, sobre todo, que rediseñe todo el journey del editor para hacerlo más lineal, predecible, robusto y coherente.

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