«Durante los primeros cinco meses de 2025, la versión digital de Jot Down ha perdido un 35,8 % de sus lectores. Las sesiones han bajado un 40,5 %, las páginas vistas un 15,9 %. Google nos ha traído un 31,8 % menos de visitas que el año pasado».
Así de tétrico arranca el último editorial (‘Nadie nos busca‘) de Jot Down, una de las referencias hispanas del periodismo reposado, ese que no entiende de clickbait ni de recirculación ni de estrategias SEO agresivas. Y continúa:
«El 75 % de las búsquedas no terminan en clic. (…). No busca remitentes, solo contenidos. No reconoce el esfuerzo, solo patrones. Y si bien se nutre de lo que escribimos, no nos devuelve casi nada».
Si estos datos fueran extrapolables a la generalidad de los creadores de contenidos, que no lo sabemos, aún, sería el principio de su fin como tales.
Antes de que la búsqueda generativa (SGE) se desplegara en España empezamos a preguntarnos, analizar, pronosticar. El miedo era claro por obvio: si el usuario ya no necesita entrar a mi página a ver la respuesta que busca, ¿cómo voy a explotar mis contenidos? ¿Cómo voy a rentabilizar las nóminas de los periodistas, los fees de los colaboradores o, simplemente, mis horas de trabajo?
Si no hay respuesta a esas preguntas, la deriva a medio o largo plazo es clara: dejar de crear. Internet se para. El conocimiento y la creatividad se seca. Como esas plantas que intuyen la sequía y se encogen sobre sí mismas, escondiendo sus flores, su vida, en espera de mejores tiempos o de morir.
¿Hemos pasado de ser los actores a ser el apuntador que susurra el texto a la IA?
Pero como pasa siempre a los optimistas cuando acecha un peligro aún difuso, pensamos que habrá formas: «cambian las reglas, pero no el juego, es cuestión de adaptarse, como se ha hecho siempre».
¿Pero cómo te adaptas a un escenario en el que tú estás debajo, por fuera, en el foso? ¿Hemos pasado de ser los actores a ser el apuntador que susurra el texto a la IA para que el protagonista algorítimico despache la obra?
Aconsejo leer entero el editorial de Jot Down. No tengo respuestas, pero sí la certeza de que hay un problema.
De entrada, sólo veo dos posibles escenarios:
- Compartir. Los buscadores (google, vaya) se dan cuenta de esta situación y comienzan a armar un esquema de recompensas a los creadores citados por la IA. Como un Ad Sense al revés. Si el buscador quiere que los resultados de SGE sigan siendo en el futuro relevantes y actuales, necesita que alguien siga creando.
- Acaparar. Los buscadores y toda la industria de la IA llegan a la conclusión de que es más rentable prescindir de ellos. Al fin y al cabo, la IA es capaz de formular y reformular, y hasta actualizar por sí misma en base a patrones pasados. Pueden generar nuevo contenido semánticamente relevante y aparentemente adecuado, y desde luego es más rentable que repartir ingresos con los creadores.
¿Hay algún otro escenario que se me escape? ¿Cuál crees que se acabará dando?
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